sábado, 24 de abril de 2010

O Grelo (Monforte de Lemos-Lugo)


Fai un mesin, mas o menos, que pudimos esfrutar del nuesu regalu de Reis, un fin de selmana solinos na Ribeira Sacra galega. Monforte nun ye'l pueblu mas guapu del mundu pero tien cosines que ver perguapes, el parador, un par de monasterios, la puente romano y sobre too, alrodiu de Monforte teneis los cañones del Riu Sil onde podeis xubiros a un barcu y ver como se les apañen pa vendimiar nesta zona que complicao ye (semeya un).
A la hora de xintar comentarennos tres o cuatro chigres. Paseando pel centru alcontramo dos de los que nos dixeren y nun nos apetecio entrar (ye que son cafeteries, xintarase perbien, pero nun yera la idega). De camin al Parador ya vieremos la nuesa primera opcion, el O'Grelo. Tirando palo alto de Monforte y integrau na muralla teneis esti restaurante que destaca pela piedra esterior y "coño, un cartelu de neon?", en fin...Ya dientro la parte baxa pertenez a la zona de bar y sigue tando'n piedra, mentantu que'l primer pisu que ye'l restaurante ta mal decorau, que-y vamos facer. La verda que baxo la mio impresion deberien mantener la piedra y mas coses, que nun entro. Tampoco foi una bona entrada que nos punxeren n'una mesa poco afayaiza (ya sabeis, d'eses que per tras de ti pasa al de Dios de xente y que nun termines d'entender porque te ponen ehi cuando'n plenu vienres solo habia tres meses mas con xente). Esto de les meses tamien ye un detalle, porque los camareros debien tar aburrios y mas que tar enriba nuestru nun facien, lo que fastidia un güevu que nun te dexen charrar con tranqulida.

Dando-y tolos marxenes del mundiu al sitiu y col bon rollu que siempre tenemos cuenado salimos (como pa non!!) dexamos les coses correr y centremonos na carta.
De primeru, pa compartir, pidimos una ensalada de bugre, que taba correuta, ensin mas,, muncha meyor pinta que tastu. Trocinos de mariscu (si, sedria bugre) con berros, llechuga, tomatin, bono, bien presenta, pero ensin mas. Ya, pa chanos rir del too, traennos un convoy de los de menu del dia. Va, nun ye que m'importe munchu, pero si vas salir a 50€ por cabeza podien tener meyores detalles.

Nosotros a lo nueso, a esfrutar de la nuechi y a ver pasar platos. De segundu pel otru llau de la mesa viniero unes zamburiñes a la plancha. Tenemos que dicir que taben pa rellambese, bona cantida d'elles y de tastu impresionante, bon tamañu y fresquines Un aciertu d'elicion.


Pela mio parte llego un sollombu de xata galega (nun-y peidi'l DNI, pero ponia que yera galega) con pataquines frites de les de verda que foi l'expediente X de la nuechi.

Mulder y Scully terien encantaos de facer un episodiu colo d'esti sollombu. Bona pinta, vuelta y vuelta, pongome a partilu y va sele, tienru (yo ya taba mas que naguando), los tres colorinos bien definios, el cuchiellu qu'entra como mantega, el tenedor camin de la mio boca (yo como'l perru de Paulov, ya vos digo) entra y.....¿y?...pues eso, cara raro que pongo y entruga al cantu "ta malu?", pues non. "Entos?", que nun ta. Na, na de na, repito'l procesu y lo mesmo...un trozu carne, ensin mas, nun tastiaba a na!!. Do-y a prebar y la mesma conclusion (yo nun tenia catarru, pero nun fuera ser). En fin, raro, xintelu por fame.
De compaña de too esto tuvo perlli un Ribeira Sacra Rengos 2007 TN barrica que acentuo mas que lo mio nun ye la mencia. Bono, si, pero nun ta fecha la boca'l gochin pa les margarites, porque pa mi, ye un vinu cansin. A les tres copes tas cansau d'el. Y esto si que ye pa garralo ente comilles!!!. Prestaronme les dos primeres copes, la tercersa foi baxando y les caberes fueron ya col tastu cansin, pa mi que me pasa casi siempre cola mencia, mas que cola D.O. en particular.
Pa finar un par de cafes con xelu y un par de moscateles por 49€ por cabeza, que yos-daran pa camudar el convoy de l'aceite.
En resumen, al dia siguiente xintamos nel Parador y l'atencion y la xinta camudaron pa abondo meyor, en cualisquier forma, a O Grelo teneis que dir si tais per Monforte porque igual nun tenien el dia ya que comenten que ye la meyor cocina al sur de Lugo.

lunes, 19 de abril de 2010

La Castorina (La Pola-Ḷḷena) por Caleyeru







"La Castorina" es un buen restaurante en La Pola(Ḷḷena). No tiene cinco estrellas Michelín ni usa técnicas de esferificación (al menos que yo sepa) pero se preocupan de darte bien de comer y te tratan como si estuvieras en casa. El local es bastante sencillo, entrada con barra y algunas mesas, gente tomando vinos y ambiente de chigre de toda la vida. Se puede comer allí o bien en un comedor pequeñín, donde no suele haber mucha gente y donde, por tanto, los peques pueden campar a sus anchas. En verano ponen una terraza donde se está de lujo... si consigues sitio.

Como ya he ido varias veces, voy a recomendaros los platos que más me gustan. De entrada, la ensalada Castorina (foto 1) es superior, es una ensalada templada con lechuga, tomate, pimientinos y jamón, y con setas y gambas preparadas con un pelín de ajo. A mí me chifla, y no soy el único, creo que empieza a tener admiradores por la zona que, cuando no tienen nada que cenar, se acercan hasta aquí y se piden una. Otras entradas que también he probado son unas riquísimas alcachofas con jamón o una buena fabadona. Tienen las alcachofas en aceite con orégano y, salteadas con el jamón, están deliciosas. Si queréis picar algo entre varios, una tabla de embutidos también es una gran elección. La última vez que la pedimos no dejé de picar cecina y lomo... :-) Aunque no lo pregunté, tienen Llión cerca para mercar buen producto.

Como segundo, mi plato favorito aquí es el pixín a la plancha (foto 2). Muy sencillo, un poco de aceite, ajo, y la plancha justa para que la carne del pixín esté tiernina y jugosa. Este es mi otro plato favorito, ya lo he probado varias veces y seguro que lo volveré a pedir. En otras ocasiones hemos comido caldereta de cabritu con patates (foto 4) o, si se tercia, unos centollinos (foto 3).

Si llegáis al postre, podéis pediros el coulant de chocolate con helado. No obstante, una advertencia. La última vez que lo pedí (tras una fabadona y carne asada) salí rodando de allí y tardé tres o cuatro horas en recuperarme de la panzada.

El trato que recibes aquí también es para tenerlo en cuenta: David siempre se ocupa de mi peque con un "¿qué quier el nenu?", y hay que decir que eso no pasa en todos los restaurantes. A veces parece que estás pidiendo un favor si pides una tortilla francesa o un arroz blanco que no aparecen en la carta. Aquí, si lo hay en la cocina, se hace. Y bien por ellos, porque los papás marchamos contentos y sabemos donde podemos volver todas las veces que queramos.

En cuanto a vinos, la verdad es que no sé exactamente qué tienen la carta, pero si recuerdo comidas bien amenizadas por Ramón Bilbao, crianza de 2006.

En resumen, un buen sitio, con algunos platos que me parecen realmente excelentes y, en general, con una buena carta y precios muy ajustados. El menú en el fin de semana, con algunos de los platos que he mencionado, creo que está en 12 €.

domingo, 11 de abril de 2010

Sikkim (Barcelona) Por Pululante



Buscaba por Internet un sitio especial al que invitar a mi chica en Barcelona. Es curioso como a diferencia de otras grandes capitales no me fue fácil encontrar sitios que destacasen aunque simplemente fuera por renombre o estrellas Michelín. Quizá mi desconocimiento unido al hecho de que es posible que, al igual que los 3 estrellas Bulli y Can Roca se encuentren al norte en la costa de Girona, otros "estrellas" también estén a las afueras. El caso es que miré en varias páginas y listados, pero cuando dí con ésta supe que la búsqueda se había acabado.

El Sikkim está decorado muy íntimamente, muy romántico. Una luz muy tenue, proveniente únicamente de las velas y las pequeñas lámparas de sobremesa es todo lo que hay en el local. La decoración está muy cuidada, con las paredes cubiertas de piedra y los detalles hindúes y asiáticos que llenan el local: biombos, budas, espejos... todo en un ambiente muy romántico. Incluso en su página web anuncian una noche semanal donde refuerzan la decoración con rosas: triunfo garantizado :-)

Una vez allí no todo es perfecto. La entrada es realmente pequeña y para cenar hacen dos turnos (a las 9 y a las 11) con lo que en el cambio de turno toca esperar a la entrada y hay que estar constantemente apartándote para dejar entrar y salir a la gente. Por otra parte me pareció que había demasiadas mesas, sin llegar al extremo de Paris (en esto ganan por goleada), el espacio entre mesas se quedaba algo escaso aunque los biombos estratégicamente colocados contribuían a hacer un poco más íntima la velada.

El restaurante está en la zona del Born, cerca del parque de la Ciudadela. No conocía el barrio y un pequeño paseo por la zona me reveló unos cuantos restaurantes con muy buena pinta: modernos, con carta atractiva, variedad de cocinas y con bastante gente dentro lo cual es buena señal. Quedarán para otra ocasión. Bonus: cerca de allí hay unos baños árabes para relajarse y completar el día. Si se quiere ir de copas después de la cena, el Born es de las zonas más animadas de Barcelona.

Vamos a la comida. La carta es una especie de cocina fusión con toques orientales, pero no es un sitio de comida oriental o hindú. Nos trajeron un aperitivo que era una mantequilla de mostaza y pepinillo. Una sorpresa muy agradable, con un sabor realmente original. No suelo comer el pan con mantequilla que ponen en muchos sitios, pero ésta estaba tan buena que no pude resistirme, arriesgándome a llenarme antes de tiempo.

Empezamos con unos Raviolis Turcos rellenos de calabaza y dátiles con salsa de yogurt, menta y jengibre. Los raviolis (3, muy grandes) estaban realmente buenos, el relleno con el toque dulce del dátil y la calabaza me encantó. La salsa tenía un saborcillo tirando a ácido probablemente por el jengibre o quizas llevase algo de limón que es un ingrediente típico en la cocina turca. Para mi gusto no pegaba del todo bien con el dulzor de los raviolis, pero por suerte no llegaba a estropear del todo el plato.

Otro entrante que probamos fue el Tiradito de Atún, una especie de miniensalada con unos buenos trozos de atún crudo macerado. El atún estaba delicioso, está claro que trabajan con muy buena materia prima. Notable alto para este plato.

Como plato principal yo me pedí una Roulé de Lubina a la Miel, sellado con jamón de pato y almendras, puré de calabazas y espinacas. Me encontré con dos lomos del pescado, algo pequeños pero muy bien presentados con una mezcla de vegetales en el centro y una loncha de jamón de pato. Nuevamente la lubina muy rica, cocinada en su punto, muy jugosa denotando buen producto. El puré quizás resultó un poco soso para comerlo solo.


Por la otra parte de la mesa cayeron unas Costillas de Cordero de Magallanes al romero con lentejas Dupuy. El plato tenía una pinta estupenda, las costillas no eran costillitas sueltas sino que sujetaban un buen trozo de carne de cordero. El cordero de Patagonia tiene fama de carne de gusto salado por las características de las tierras lo que le da un sabor distinto. Efectivamente estaba muy bien cocinado, un poquitín tostado por fuera como debe de ser el cordero y se apreciaba el sabor al romero. Francamente estaba delicioso. La mermelada que acompañaba como fondo de plato estaba igualmente riquísima y la única pena es que era algo escasa. En cuanto a las lentejas, no me dan mucho más. Menos mal que venían aparte.



Todo esto estuvo acompañado de un Castillo de Perelada 5 fincas, un buen vino de la D.O. Empordá. En Cataluña están progresando mucho denominaciones que hasta ahora no conocía y que están resultando auténticas sorpresas, como por ejemplo también la Costers del Segre. Comentar que la carta de vinos no es muy amplia pero tiene una buena variedad de vinos catalanes, suficiente para que puedas elegir algún vino difícil de ver en la tierra asturiana.

En resumen, un ambiente muy agradable, una propuesta en la carta muy original y seductora, que se vió ratificada durante la comida con unos platos exquisitos, con lo que al final salimos muy contentos.
La factura salió por unos 100€, de los que 23 correspondieron al vino. En cuanto a cantidad, quedamos muy bien. De hecho sobró algo de comida (con lo que nuevamente hubo que sacrificar el postre), pero preferimos probar varias cosas a riesgo de que sobrase algo ya que no todos los días podemos venir a cenar a Barcelona.