Una versión más del
Molín de Mingo complementaria a la mia :-), estos pulus son unos fartones!.
Hacía mucho que tenía pendiente una visita a este sitio del que
tantas veces había oído hablar y siempre muy bien. No es fácil de
encontrar, está a las afueras de Ribadesella en la carretera que
va hacia Arriondas, hay que coger el desvío hacia Peruyes,
atravesar el pueblo y al final encontramos un cartel que indica la
dirección al Molín. A partir de ahí todavía quedan unos 4 km por una
caleya de las que ya quedan pocas.
Cuando se acaba la caleya llegamos a la casa-molino convertida en
restaurante, a la orilla del río y rodeada de montes y verdes prados. La
casa está muy bien preparada, con gusto y un toque elegante sin dejar
de ser campestre. Las mesas están adornadas con
flores recién cortadas del jardín y la vajilla de San Claudio queda de
lo más apropiada en este entorno.
Mientras nos traían la comida a los 5 comensales que éramos para esta
ocasión, sirvieron de aperitivo una suavísima crema de queso gamoneu
para untar (¡y mojar!) tostaditas de la que no quedó ni rastro. Buen
comienzo.
De entrante pedimos los tortos variados. Una finísima y crujiente masa
de maíz forma la deliciosa base sobre la que iban bacalao, morcilla,
picadillo, huevo con bacon y compota de manzana. A cual más exquisito,
siempre realzados por un ligerísimo y nada grasiento
sabor del torto. El mejor que he probado.
También de entrante dos medias raciones de croquetas, de jamón y de
compango. Ambas deliciosas, hechas con una finísima bechamel que nada
tenían que envidiar a las tan famosas de Casa Marcial. Las de compango
tenían el mérito de conservar el auténtico sabor
del compango de la fabada pero sin resultar pesadas o fuertes ¡premio!.
Pero vamos a los principales. Por una parte pidieron fabada. La trajeron
en una cazuela de esas rojas, de las toda la vida de la abuela, y tenía
una pinta impresionante. No obstante, aunque estaba muy buena, no era
tanto como prometía la vista de la cazuela
y yo diría que las hemos probado mejores. De aquella ración, en teoría
para uno, podían fartase de fabada por lo menos cuatro.
Yo dudé entre pedir cabrito o jabalí. Ya que la idea era compartir el
plato entre todos, me decidí por el cabrito por miedo a que el jabalí
resultase demasiado fuerte para las chicas, que de mano no son muy
amantes de la caza. Impresionante el cabrito. Baste
decir que sólo hacía falta poner el tenedor en vertical encima del
trozo de carne y dejar actuar a la fuerza de la gravedad para ver cómo
prácticamente se derretía en el plato.
Y por supuesto el plato estrella de la casa, el arroz con pitu de
caleya. Pedimos 2 raciones y nos vinieron con una fuente de arroz de
tamaño industrial. Entre todos nos costó terminarlo, y eso que estaba de
miedo y todos nos consideramos de muy buen diente
:-). El arroz estaba en su punto de cocción perfecto, tirando a meloso,
con el mérito añadido de que se mantuvo perfecto hasta el último
momento en que terminamos de devorarlo. Porque eso es lo que hicimos
tras probar el primer bocado de lo buenísimo que estaba.
A pesar de la fartura que llevábamos encima, todavía caímos en la
tentación de los postres. Un arroz con leche sin requemar (sí,
probablemente sea un pecador, pero a mí el requemado no me gusta)
cremosísimo y con el toque justo de limón contrastando con el
dulzor de la crema. Por si eso fuera poco todavía cayeron después unos
frixuelos con chocolate también de chuparse los dedos. Estábamos a punto
de reventar pero era imposible dejar ni gota de aquello en el plato.
Con un par de botellas de un buen Rioja, café y algún chupito, la cuenta
salió por 37€ por cabeza, lo que nos parece muy buen precio para lo
bien y súper abundante que comimos. Salimos rodando por la puerta muy
satisfechos recordando la excelente comida que
nos impidió meter nada en el estómago hasta el día siguiente de la
fartura que llevabamos. Completamente merecida la fama que tiene el
Molín, nuestros amigos menorquines que nos acompañaban nos van a obligar
a volver en cada una de sus visitas por Asturias,
ya estamos amenazados :-
7 comentarios:
Menos mal que lo llei primero. Taba viendo les semeyes y crei que pidiérais too eso pa 2!!!. Nosotros colos tortos y el pitu caleya dibemos sobraos. Bon sitiu a pesar del pesimu serviciu que recibimos la cabera vegada que fuimos. Xintase bien, eso sin dulda.
jajaja, y llevamos uno que era de comer bien :-)
Xíntase bien no, xíntase de p.m. Top 5 astur.
El gran problema de la restauración española: el servicio. Aunque no me extraña, con lo que les suelen pagar...
Ehí Toni, nun te voi quitar razón, pero nel mio casu quitáronseme les ganes de volver por una llarga temporada, que viendo les semeyes otra vegada, toi a puntu d'intentalo... :-)
Y sí, xintase perbien y de puta madre, lo un nun quita l'otro :-)
Mi experiencia fue buena aunque es verdad que he oído otras cosas, pero si uno se centra en el tipo de cocina y lo que va a comer yo creo que sale bien, seguro. Me alegra ver un ejemplo de que siguen en forma.
Por cierto, a mí tampoco me gusta requemar el arroz con leche. El requemado tapa virtudes de un arroz "10".
La mio foi bona la primera vegada, y la segunda, pero de verdá que la tercera foi pa nun volver en munchu tiempu...en fin, coses de la vida :-)
He oído y leído de todo respecto a este local, para lo bueno y para lo malo. Pero tengo ganas de probarlo aprovechando alguna visita.
Ahora, si erais cinco personas y de una ración de fabada comen varios y de dos de arroz también comen varios... o carillo era el vino o se me dispara un poco el precio por persona.
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