La Corrada l'Obispu (Uvieu) por Pululanta

Como nun podia ser menos pa siguir sofitando esti blogue, Pululanta da una version, mas o menos paecia a la mia, de la Corrada L'Obispu. De lo que'l xestor d'esta paxina nun se fai responsable ye de los comentarios de Pululanta a Pululante (40, truchi...)en fin, vosotros sabreis :-)

Para intentar compensarle del disgusto de irse acercando a los 40, decidí sorprender al truchi con una cenita en La Corrada del Obispo, sin duda mi sitio favorito de Oviedo.
Siempre me encantó este restaurante, situado en un bonito rincón del casco antiguo, en la planta alta de una casona restaurada. Da gusto ver una reforma realizada con tanto gusto, conservando el encanto de lo antiguo por todos los rincones. Nada más subir la escalera ya se percibe algo en el ambiente que lo hace un lugar super acogedor, sin que sea capaz de explicar exactamente qué es…los muros de piedra, la luz tenue que ilumina los muebles de madera antigua, o la intimidad que transmiten los espacios en que esta dividida la sala.
A la hora de reservar ya le encargué al señor que nos colocase en un bonito rincón, para aumentar la sorpresa, así que nos guardaron una mesa frente a la ventana. La carta, sin ser tan amplia como la de otros sitios de la misma categoría, contiene una buena representación de entrantes, carnes y pescados, todos con salsas muy apetecibles, lo que hizo difícil tomar una decisión.
De mano nos trajeron el aperitivo, una crema de calabacín que bueno…ni fu ni fa. De primer plato nos decantamos por la ensalada de colas de cigala, que nos pareció quizás lo menos visto de la carta. Resultó un plato realmente delicioso, con las colas de cigala al punto exacto y el original toque de la mermelada de tomate, que encajaba perfectamente en el conjunto.
De segundo nos decidimos por las mollejas de cordero, en este caso fritas, en su cazoleta de pasta quebrada. Coincidimos con Fartones en que estaban estupendas, un plato muy original y que por su presentación sorprende nada más llegar a la mesa, ya antes de probarlo. El experto en carnes se decantó por el solomillo en salsa de brandy con foie, que según el no estaba muy allá…Parece que no le convenció del todo la salsa, que debería estar más sabrosa.
Todo ello regado con un Ribera, un Tarsus Reserva 2001. Por nuestra parte aquí habría que darle también un “toquecillo” al sumiller, que estaba empeñado en que prefiriésemos el crianza en lugar del reserva. Una vez que le convencimos de que nos trajera el superior, intentó compensarnos vertiendo el contenido de la botella en un decantador. No estaba mal el vinillo, aunque quizás diría que “los hemos probado mejores” y que estaba un poco subido de precio para su categoría. Los platos fueron abundantes y, lamentablemente, no quedó hueco para el postre.
Con todo, la cuenta alcanzo los 88 euros, chupito incluído.
Como balance final, diría que es un sitio perfecto para una cena especial, y que la calificación alcanza el sobresaliente, quitando pequeños detalles a mejorar que no ensombrecen la calificación final. El sitio, hasta el momento, no me ha defraudado en ninguna de las ocasiones en que lo he visitado, así que seguiré teniendolo muy alto en mi lista de favoritos